¡Qué Partidazo en el Islas Malvinas!
Amigos y amigas, ayer nos dimos una vuelta por el Estadio Islas Malvinas, donde la magia del fútbol argentino volvió a hacer de las suyas. All Boys recibió a San Miguel y les cuento que hubo más emociones que en un recital de Charly García con Pappo de invitado especial.
Desde ya les digo: si pensaban que este iba a ser un partido tranquilo, estaban más perdidos que turista sin Google Maps en Once. A los 16 minutos apenas calentados los motores, F. Cardozo de San Miguel se lleva la roja directa como si fuera una oferta del Black Friday—y claro, no hay Santito Gaucho ni Difunta Correa que salve esa situación para los visitantes.
All Boys no perdió tiempo y mientras algunos todavía estaban rezando el Ave María esperando milagros futbolísticos, M. Campodonico dijo “aquí estoy yo” pero solo le alcanzó para ver la amarilla dos minutos después —la cosa estaba caliente como bailanta en verano.
Nos metemos al minuto 24 y llega C. Campostrini quien dice ‘dejen chicos, yo me encargo’ anotando golazo con asistencia de J. Ceballos (no me pregunten cómo lo vio entre tantos), mostrándonos ese tango bien bailado dentro del área.
San Miguel intentaba responder y hacían cambios más rápido que colectivo lleno tratando de escapar del tráfico porteño; entraron Peruzzi e Ibañez buscando cambiarle la cara al juego así como uno cambia CD rayado cuando te das cuenta que Spotify es tu salvación.
La segunda mitad fue una mezcla explosiva digna de cualquier festival rockero nacional: tarjetas amarillas volaban cual pogo en concierto punk con Mosca siendo protagonista principal tanto dentro como fuera (cambios incluidos). Y cuando parecía momento ideal para cantar aquello de “solo se trata de vivir,” Palacio desde All Boys clava otro gol al minuto 69 tras linda jugada armada por Bianchi mandándonos todos a descorchar algo fresquito porque el calor era insoportable ya sea por nervios o simplemente porque Buenos Aires decide derretirse precisamente hoy.
Pero che… ¿creían que esto acababa ahí? Nah! Para agregar sazón extra al guiso futbolístico Lavezzi decide aparecer sobre finalización dejándonos masticando uñas hasta último segundo—dignísima actuación aunque insuficiente pa’ salvar puntos para San Miguel frente unos victorioso All boys gracias también a movidas tácticas tipo ajedrez maestro desde Coronel hasta Cáceres antes del pitido final.
En resumen mi gente querida: fue un baile interesante entre estrategias fallidas e inspiraciones momentáneas bajo luces malvinescas gritandonos “esto es Primera Nacional señores”. Vuelvan pronto para otro relato apasionante donde seguro tendremos menos sabor charquicán pero igual cantidad sudor camisetero garantizado – ¡qué sigan esos tres puntos disfrutados junto buena música local! Nos vemos luego muchachada!