¡Qué partido, papá! Crónica de una tarde a puro fútbol en el José María Minella
Ayer nos tocó vivir un espectáculo digno de ser cantado por los mismísimos Redonditos de Ricota, allí en el Estadio José María Minella, ese templo marplatense donde se respira fútbol como en las mejores épocas del rock nacional. Alvarado y Patronato nos dieron un show que ni Charly García saltando desde un noveno piso.
Desde el arranque, era claro que Alvarado no había venido a tomar sol a la costa: al minuto 11 L. Monzón ya estaba inflando la red para los locales con una asistencia precisa de J. Gobetto —una jugada más afilada que cuchillo santafesino—. Pero ojo, porque después del gol vino su tarjeta amarilla rapidito nomás, demostrándonos que este chico es más imprevisible que Luis Alberto Spinetta en sus letras.
Patronato no dejaba que la banda local toque sola y al 35 G. Díaz equilibró todo con un tanto tan necesario como mate en reunión familiar, levantando los ánimos antes del descanso (¡y otra amarilla para él también! Parece contagioso).
En el segundo tiempo fue cuando esto se transformó casi casi en recital inolvidable: J. Gobetto volvió al ruedo al 50′, esta vez metiendo él mismo la pelotita luego recibirla de A. Aleo; llevando adelante esa tradición argenta donde “el segundo sirve hasta doble”. ¿Quién necesita VAR si tienes puntería así?
Y D. Ortíz siguiendo la fiesta al 64′, clavándola sin pedir permiso tras asistir M.Borgnino — esos dos combinan mejor que Fito Paez y Mercedes Sosa bendecidos por Diego Maradona himself.
Después hubo cambios aquí y allá pero eso solo adornaba lo inevitable: Alvarado había puesto toda la carne al asador (dejame usarla aunque sea esta vez) apuntalados por una fe futbolística capaz de mover montañas… o mejor dicho arcos rivales.
Como cada domingo lleno mis labios con picantes salsas viendo estos partidos mientras pienso cuántos líderes religiosos deberían rezarles a estos muchachos para entender cómo cambiar agua por vinos (¿verdad?).
Al finalizar los 90 minutos reglamentarios e incluso rozando uno extra debido a Nuestra Señora De La Prorroga Infinita – resultaron ganadores claros nuestros amigos de Sudamérica: *Alvarado le dio tres buen sopapos deportivos 3-1* sobre Patronato – haciendo sonreír seguramente hasta algún diablo sureño disfrazado detrás algun escudo auriazul.
Asi cerramos nuestra jornada sagrada semanal futbolera preguntándonos qué tendrá preparados San Pelota Divina para nosotros próximamente… Por ahora me voy pensativo disfruté otro hermosísimo baile bajo el cielo argentino.