¡Qué Partidazo en el Julio Humberto Grondona!
¡Hola, queridos lectores! Hoy vamos a desgranar ese empate con sabor a asado quemado entre Arsenal de Sarandí y Almagro. Sí, terminaron 2-2, pero les juro que tuvo más altibajos que la carrera solista de Charly García después de Sui Generis.
El encuentro arrancó con los muchachos de Almagro poniéndose las pilas primero. T. Dornell abrió el marcador antes del entretiempo y parecía que nos íbamos al descanso con esa minúscula ventaja como un regalo no pedido en Navidad. Pero claro, esto es fútbol señores, no una misa donde uno se queda sentadito esperando el final.
El segundo tiempo fue una montaña rusa emocional digna de Pappo durante su etapa en Riff: pura adrenalina rockera en cada jugada. Apenas pitaron la continuación, M. Lucero dijo presente para Arsenal Sarandí gracias a Niki Frascone quien lo asistió desde las sombras – ¿será devoto secreto del Gauchito Gil? – porque realmente obró un milagrito ahí.
La emoción siguió cuando T. Dornell decidió darle otro golpe al corazón local (que Luis Miguel ni se aparezca), clavando otro tanto haciendo subir la temperatura del estadio más rápido que taza de café en manos de mamá por la mañana.
Pero este relato sería injustamente amargo si omitimos el especiado sazón que le puso Ezequiel Purita rematando un servicio gourmet cortesía del chef Klusener; estos dos sí saben cómo ponerle picante al guiso futbolístico justo cuando pensábamos que todo estaba perdido.
Y para cerrar nuestro festival goleador estilo Cosquín Rock llegó Fede Bordagaray afinando las cuerdas y metiendo un riff limpio e inesperado cerca del arco contrario elevándonos casi hasta tocar campanitas celestiales junto a Rodrigo Bueno mirándonos desde arriba (siempre querido).
Entre tarjetas amarillas repartidas como volantes en calle Corrientes y cambios estratégicos moviendo fichas cual partida tensa entre amigos jugando al Truco bajo una parra familia…
“¡Falta pa ti”, “¿Eso fue mano?”, “Bueh… dejalo!”, frases escuchadas repetidas veces mientras algunos rezaban por otro gol o simplemente porque el árbitro pitara fin sin mayores sobresaltos…
Concluyendo chiques: ninguno salió ganador definitivo más allá del resultado numérico; nosotros disfrutamos igual aunque nuestra sangre haya bailado malambo dentro nuestras venitas.[…]
Cierren los libros por hoy chiquilines, ya sea San Expedito o Santa Rita quienes atiendan nuestros ruegos futboleros próximos juegos traerán nuevas historias… Ojalá menos cadenas rotativas envueltas ansiedades pasionales hermosamente irracionales propias deporte rey.