¡Buenas, gente! Hoy vamos a desgranar el partidazo que se vivió en el Estadio Monumental Presidente José Fierro, donde Atletico Tucumán recibió a Newell’s Old Boys. Un encuentro digno de un asado con amigos, con todos los condimentos: goles, tarjetas y cambios a más no poder.
Arrancamos tempranito en el partido, a los 4 minutitos nomás, cuando M. Silvetti de Newell’s, con la asistencia de un É. Banega inspirado, mandó la pelota a guardar como quien no quiere la cosa. Eso sí, Banega repartiendo asistencias como facturas en la mañana del domingo, ¡una locura!
Pero ojo, que Atletico Tucumán no se quedó atrás y antes de que terminara el primer tiempo, a los 41, N. Laméndola pone el empate. El estadio se puso más caliente que pava para mate. Pero claro, como en las mejores novelas, el suspenso duró poco porque en el minuto 45+1, otra vez Silvetti, otra vez con ayuda de Banega, volvió a poner a Newell’s arriba justo antes del descanso.
La segunda mitad fue un festival de tarjetas amarillas y cambios que ni en el colectivo se ven tantos apretados. Tucumán buscando el empate con más cambios que camiseta de jugador en mercado de pases, pero no hubo caso. Entre amarillas que volaban como moscas en asado, el juego se picó más que chimichurri en boca de extranjero.
Final del partido, Newell’s se lleva los tres puntos de Tucumán con un 2-1 que sabe a gloria. Silvetti se llevó los aplausos, Banega las miradas y Tucumán, bueno, a pensar en el próximo partido.
En resumen, un partido que tuvo de todo, como feria de barrio. Goles al por mayor, emociones fuertes y esa adrenalina que solo el fútbol argentino sabe dar. ¡Hasta la próxima, queridos fanáticos del fútbol! Vamos viendo cómo se pone la tabla y no se olviden que esto es largo, más largo que espera en oficina de ANSES. ¡Abrazo de gol!