La noche que Chacarita Juniors le cantó un tango a Estudiantes en Caseros
¡Hola, amigos futboleros! ¿Tuvieron una buena semana? Espero que sí, porque les traigo el resumen del picante encuentro entre CA Estudiantes y Chacarita Juniors. El partido se jugó bajo las luces del Estadio Ciudad de Caseros y vaya si tuvo emociones dignas de un recital de Charly García en pleno furor.
Empecemos con lo básico: los muchachos de Chacarita se llevaron el partido por 2-0. No hubo milagros ni apariciones divinas, solo goles claritos como agua bendita. Los hinchas estaban más entusiasmados que adolescente en primer fila de Soda Stereo, pero vamos al meollo del asunto.
En el minuto 21, cuando muchos todavía estaban acomodando sus cachivaches sobre la grada, F. Bravo metió un golazo para poner adelante a la visita sin pedir permiso ni ayuda celestial—solo habilidad pura y dura. Eso configuró cómo sería el resto del encuentro: CA Estudiantes intentaba reaccionar como podían mientras Chaca parecía tener todas las respuestas (y los balones).
El segundo tiempo fue más movido que baile en carnaval norteño; tarjetas amarillas volaron por doquier como palomas espantadas en plaza Congreso — A.Rebola y N.Avellaneda pintaron su domingo de amarillo esperanza… o desesperación según veamos.
Pero no todo fueron patadas y drama; también hubo cambios estratégicos cual Indio Solari cambiando setlist a mitad de concierto — ambos equipos removiendo piezas buscando esa chispa divina.
Llegado el minuto 90+2′, cuando ya algunos rezaban por el final rápido para irse a llorar sus penas al bar más cercano o festejar quién sabe dónde, V.Figueroa selló la victoria con un penal ejecutado con tal maestría que hasta Spinetta podría haberle dedicado unas rimas.
Al cierre, los funebreros salieron caminando sobre nubes mientras los locales debieron consolarse pensando “no siempre puede ser fiesta”, quizás escuchando algo melancólico… alguna vieja canción triste dirán algunos…
Chistes aparte (con mucho sarcástico amor), este juego mostró dos caras bien definidas: una brillante y astuta visitante frente a un anfitrión aún buscándose así mismo—como Pescado Rabioso encontrándose pero fuera del estudio.
Esperemos ver qué nos depare esta temporada tan rica en emociones donde cada fecha parece sacada directamente ¡de algún loco guionista dispuesto a agitar nuestras tardes!
Hasta aquí mi relato pícaro e imparcial – porque aunque somos fanáticos apasionados también sabemos reconocer buen fútbol incluso si viene disfrazado con colores rivales. Hasta la próxima entrega donde seguiremos contándoles todo lo acontecido sin pelos en la lengua ni pelota fuera del campo… ¡Abrazo grande!