¡Hola, amantes del fútbol! Hoy les traigo un relato fresquito y especiado como un buen chimichurri sobre el partido entre Ferro Carril Oeste y Arsenal de Sarandí que se jugó en la catedral del fútbol porteño, el Estadio Arquitecto Ricardo Etcheverry. Fue una noche donde si Charly García hubiese estado ahí, seguro tiraba un “Say No More” por los dos golazos que nos regaló Ferro.
Desde el pitazo inicial hasta que los muchachos se fueron al vestuario para chupar naranjas en el entretiempo, todo parecía más tranquilo que santo rezando, pero la cosa cambió rápido. Apenas a los 7 minutos, E. Fernández de Arsenal ya estaba coleccionando tarjetas amarillas como quien colecciona figuritas del mundial – ¿era necesario tan pronto?
La magia comenzó a los 41 minutos cuando P. Boolsen hizo temblar las redes para Ferro con un gol que dejó boquiabierto hasta al más pintado (y eso sin asistencia, ¡un solista tipo Luis Alberto Spinetta!). Justo antes de cerrar la cortina del primer tiempo y mientras algunos todavía estaban mandando audios por WhatsApp contando el primero… pum! Llega F. Garcia tres minutos después clavando otro golito pa’ decorar bien lindo ese marcador mientras Arsenal miraba con cara de no haber entendido la lección.
Para aquellos fanáticos esperanzados de ver una remontada épica estilo Soda Stereo volviendo a tocar en River Plate… bueno, mejor suerte para otra vez porque lo único notable fueron más cambios rapiditos cual acordeón en festival folklórico: entraron T. Colletta por Arsenal y G.Tomasetti sacudiendo banca en Ferro apenas empezado segundo tiempo.
El resto fue menos emocionante que escuchar tangos desafinados; aunque sí tuvimos una seguidilla casi cómica de tarjetas amarillas hacia finalizar (como si competían quién llenaba antes su álbum), incluido Monetti haciendo méritos extra cerca del minuto 80.
Finalmente terminamos con este concierto futbolístico sin bises ni aplausos extras: Ferro Carril Oeste ganándose sus panqueques dulce de leche con victoria sólida ante unos apagadisimos visitantes.
Resumiendola cortita: ¡Ferro supo cómo marcar compás alto desde inicio y nunca bajaron tonada! Y así nos fuimos todos para casa pensando… ¿qué será lo próximo? Que viva el fútbol criollo che!
Nos estamos viendo o leyendo luego – cuídense mucho y cuiden esos corazones albicelestes siempre listos pal’ siguiente match!