¡Hola, hinchas del fútbol! Hoy vamos a hablar de ese partido en el Estadio Juan Carmelo Zerillo que resultó ser más aburrido que novela de sobremesa. El enfrentamiento entre Gimnasia L.P. y Sarmiento Junín nos prometió emoción pero terminó siendo un 0 a 0 digno de una pelea entre Charly García y una guitarra desafinada: mucho ruido, pocas nueces.
Desde el arranque, parecía que íbamos a tener algo de chispa. A los 4 minutos ya le sacaban amarilla a Facundo Di Biasi por una falta digna de alguien que no ha tocado un balón en meses (¿tal vez se inspiró viendo alguna vieja película argentina donde la trama es tan confusa como sus decisiones?). Los siguientes tarjetazos siguieron con la misma tónica; cada tanto un jugador decidía probar suerte intentando hacerle zancadillas al adversario como si estuvieran jugando al “pato criollo” y no al fútbol.
Llegados al segundo tiempo, Gastón Suso supuso convertirse en héroe o villano muy rápido — primero revisaron su tarjeta amarilla con VAR y ¡zas!, lo convirtieron en rojo directo mayormente porque era ‘el último hombre’ e hizo una falta profesional. Creímos ver allí una luz dramática esperanzadora… sin embargo fue solo eso, un pequeño destello como cuando te encuentras cambio suelto bajo tu sofá.
Si bien hubo algunos cambios tácticos aquí y allá (vimos tantas sustituciones que pensé estar mirando audiciones para algún reality show musical), nada realmente cambió el marcador ni nuestro bostezo creciente. Casi podíamos escuchar las plegarias fervientes hacia San Maradona para salvar este match desde arriba enviándonos aunque sea un gol olvidable.
El arbitraje también merece mención especial – señor Pafundi llevaba ese silbato como quien carga rosarios benditos buscando milagros futbolísticos imposibles esa tarde; repartiendo tarjetas amarillas casi religiosamente cual sacerdote entregando hostias durante misa dominical.
Para cerrar este análisis con broche dorado: ningún equipo logró anotar ni provocarnos más emociones que encontrar pan duro detrás del refrigerador – quizás ambos equipos podrían aprender algo sobre ritmo cardíaco aumentado tratándose menos ‘La Plata’ literalmente hablando…
Con todo respetado público aficionado, si esperaban fuegos artificiales hoy lamentablemente sólo les ofrecemos luces navideñas fundidas – ¿quién sabe? En otra fecha tal vez recibiremos goles por doquier o mínimo giros argumentales dignos de Luis Miguel cantándole éxitos sellados al éxito deportivo… mientras tanto mantengamos nuestras camisetas planchadas y listas esperando mejores días.