¡Buenas, muchachada! Hoy les traigo el resumen de un partido que fue más movido que recital del Indio en Olavarría. Nos fuimos hasta Mendoza para ver cómo el Gimnasia M. se llevó por delante a Chaco For Ever en una noche donde la pelota parecía tener vida propia y no quería quedarse quieta.
La cosa empezó con todo, B. Ferreyra clavó un golazo a los 11 minutos como si fuera Pappo tocando la guitarra eléctrica, dejando al arquero rival mirándola pasar. Y claro, después de eso Chaco For Ever comenzaron a repartir tarjetas amarillas como volantes en festival: Obregón y Seratto vieron la cartulina antes de los 30 minutos ¡Y justo ahí nomás le sacan otra a Valdez!
Parece que el DT de Chaco tenía ganas de jugar al Tetris porque hizo cambios uno tras otro sin parar durante todo el match; total ¿qué es esto? ¿Un desfile o qué?
Para cerrar el primer tiempo, F. Lencioni metió otro gol ahí nomás cerca de irnos al descanso (45+3), tan preciso como Charly García afinando su piano antes del show. Segundo tiempo arranca y parece tren fantasma este asunto porque ambos equipos siguen haciendo cambios cual magos sacando conejos del sombrero.
Los chicos de Gimnasia decididos a mantener su ventaja mientras tanto seguían firmes aunque también hicieron unos cuantos ajustes tácticos propios cortesía Técnico manager on duty… Ajuste va ajuste viene…
Con tantos cambiazos uno casi esperaba que alguno terminara mandándose solo al campo contrario; pero nah… nada raro pasó aparte de las faltitas acá y allá capaz buscaban cámara esos pibitos eh.
En fin compadres, acabamos con un resultado digno para llevarse tres puntos pa’ casa tranquilamente mientras los visitantes seguramente estarán pensando “¿y ahora cómo hacemos?” La moraleja aquí es simple: Si vas a cambiar algo asegúrate bien primero dónde está cada pieza tipo puzzle no sea cosa te quedes patinando en aceite cruzado entre dudas existenciales futboleras.
Por hoy me despido diciendo… ¡hasta la próxima mis valientes! Mantengan sus botines atados y siempre listos para darle gas cuando toque entrar a la cancha nuevamente—ya saben che, nadie quiere ser parte del club ‘los tibios’. Venga ese abrazo grande llenito pileta estilo monumental!!!