¡Bienvenidos, queridos fanáticos del fútbol! Hoy vamos a desgranar como un buen chimichurri el partido que se jugó en el Estadio Malvinas Argentinas entre Godoy Cruz y Independiente Rivadavia. Un empate que dejó más amargados que Fito Páez en día de lluvia.
Arranquemos por los ánimos caldeados: parece que algunos jugadores decidieron imitar a Charly García y su famosa frase “yo no voy en tren”, porque vaya si evitaron seguir las reglas. Apenas comenzando, Sheyko Studer de Independiente y Luca Martínez Dupuy de Godoy Cruz sacaron tarjetas amarillas al minuto 14 ¡por discutir! Debiéramos haberles dado una guitarra y ver quién rasguea mejor la melodía del fair play.
El primer tiempo fue más lento que recital de Luis Alberto Spinetta sin amplificadores, aunque Santino Andino logró romper la monotonía justo antes del descanso con un gol para Godoy Cruz, asistido magistralmente por Lucas Arce. Ahí sí hubo música para nuestros oídos mendocinos.
Pero señores, como bien dijo Soda Stereo: “Nada es para siempre”. Así llegamos al segundo tiempo donde Iván Villalba decidió ponerle ritmo tropical a este rock melancólico marcando el empate para Independiente Rivadavia tras pase de Sebastián Villa.
No nos olvidemos del VAR haciendo acto presencia cual protagonista principal; anulándole un gol clave a Matias Valenti cerca del final. Más revisado ese gol que cuarto adolescente cuando vienen visitas. Y así seguimos hasta cerrar 90 minutos intensos como telenovela argentina pero sin beso final – terminamos 1-1 repitiendo historia antigua.
En resumen chicos, esto ha sido todo menos aburrido aunque falto ese poquito picante extra para dar vuelta la tortilla completamente. Entre cambios continuos (parecía festival Viña) y tarjetitas amarillas voladoras casi crees estar en concierto punk pegándote saltitos evitando ser pisoteado.
Nos leemos luego muchachada con más historias futboleras tan apasionantes cómo escuchar “De música Ligera” mientras te preparás unos mates… ah no cierto eso ya dijimos qué no iba ¿verdad? Bueno entonces pongámoslo simple; sigan disfrutando este deporte hermosamente caótico llamado fútbol argentino.