*Crónica de un Partido que No Necesitó Despertador*
¡Qué tal, queridos futboleros! Hoy nos toca desmenuzar ese partidazo en el Estadio Juan Domingo Perón, donde Instituto Córdoba y San Martín S.J. se cruzaron como Charly García y Palito Ortega en una noche de karaoke: con ganas pero sin mucha armonía.
Primero que nada, mencionemos al árbitro, C. Gariano, quien parece haber pasado más tiempo sacando tarjetas amarillas que yo tratando de entender los finales abiertos en las películas del nuevo cine argentino. ¿Pero qué podemos esperar? En la Liga Profesional Argentina hay más contacto físico que en un asiento trasero durante un recital de rock nacional.
La primera mitad fue igualada a ceros; parecía misa dominical antes del “Padre Nuestro” con todos respetándose demasiado. Pero bueno, así es el fútbol moderno: mucho rondo y pocas rabonas…
Llegamos al segundo tiempo y ahí sí empezó lo picante (y no hablo precisamente de chimichurri). A los 86′, Nicolás Zalazar encontró la red para Instituto Cordoba después de una asistencia milagrosa proveniente casi desde el cielo por Alex Luna – seguro lo inspiraron los mismos ángeles o quizá algún santo perdido buscando su camino hacia Luján.
San Martin hizo cambios igual como si revolvieran guiso viejo esperando hallar algo fresco – siempre intentando darle otro sabor a la cosa pero terminaban clavando más palitos verdes que otra cosa.
Para hablar claro y criollo: si esto fuera un baile folklórico diríamos que hubo muchos zapateos pero poca gracia finalizando con un 1-0 agonizante gracias al gol solitario – típico resultado tipo novela argentina cuando ya nadie sabe cómo cerrarla!
Eso sí les digo… entre tarjeta va y tarjeta viene (como juego interminable del truco), solo puedo decir aquello tan sentido por todos nosotros alguna vez frente a eventos similares: “¿Y estos quienes son?, ¡traigan jugadores!”
En definitiva amigos míos, este partido pasará rápidamente al olvido histórico del folklore musical argentino… solo recordado quizá como aquel momento justito antes de irse uno a prepararse unos buenos ñoquis caseritos porque total… ni eso pudieron hacer nuestros queridos equipos hoy – ponerle salsa decente al plato deportivo presentado.
Hasta la próxima retransmisión donde prometo seguir trayendo estas metáforas cargadas hasta las empanadas salteñas porque comentar these matches es mi Segundo Carnaval (Y acuérdense che… Carozo está bien).
¡Chau chau!