¡Empate con Sabor a Asado a Medio Cocinar en el Juan Domingo Perón!
¡Hola, queridos fanáticos del fútbol! Hoy les traigo el resumen del partido que se jugó en la cancha del Instituto en Córdoba, donde los muchachos de Instituto y Godoy Cruz nos dejaron con la boca abierta y un amargo sabor a mate sin azúcar. El encuentro terminó en un empate 1-1, más parejo que la raya del medio de una cancha de bochas, y les voy a contar todo con el condimento local que no puede faltar.
Primera Mitad: Arrancamos con Todo
La cosa se puso picante desde el arranque. A los 11 minutos, M. Mendoza de Godoy Cruz se ganó la primera amarilla del partido, más rápido que perro con dos colas. Parecía que Godoy Cruz se ponía las pilas cuando, al minuto 37, S. Andino metió un golazo con una asistencia de B. Yáñez, dejando el arco de Instituto más abierto que boliche un sábado a la noche.
Pero Instituto no se quedó atrás, y como buen asado que se respeta, lo dio vuelta. A los 42 minutos, D. Batallini, con una ayuda de G. Lodico, clavó el empate. ¡Golazo para ponerlo en un cuadrito!
Segunda Mitad: Cambios y Más Amarillas
La segunda mitad estuvo más movida que bailanta de cuarteto. Los dos equipos hicieron cambios buscando la victoria, con Instituto haciendo la primera a los 46 minutos, metiendo a D. Puebla por D. Batallini.
Godoy Cruz no se quedó atrás en las tarjetas, y A. Meli se comió una amarilla al minuto 52, seguido de A. Luna de Instituto, que también vio el mismo color a los 59 minutos. ¡Parecía un festival de tarjetas amarillas!
Los cambios siguieron, y ambos equipos movieron el banco como quien cambia figuritas en el recreo. Entre los destacados, N. Cordero y J. Acevedo entraron a la cancha por Instituto buscando ese gol que les diera la ventaja, mientras Godoy Cruz también hacía lo suyo.
Final del Partido: Empate que Sabe a Poco
Al final, el partido terminó 1-1. Fue como esos asados que uno espera con ansias y aunque está bueno, te quedás con ganas de más. Ambos equipos tuvieron sus momentos, pero ninguno pudo desequilibrar completamente.
En resumen, este partido fue como un mate compartido en familia: tiene sus momentos amargos, dulces y al final, todos se van contentos pero pensando en lo que pudo haber sido. Ahora, a esperar el próximo encuentro a ver si estos equipos nos traen un poco más de chimi en el choripán.
¡Hasta la próxima, queridos futboleros! Que no les falte nunca el fulbo, el asado y un buen vinito para acompañar. ¡Salud!