¡Qué Partidazo en el República de Mataderos!
Amigos, no me van a creer, pero el partido entre Nueva Chicago y Talleres Remedios fue más emocionante que una final del Mundial cantada por Charly García mientras Pappo hace un solo con la guitarra. Y sí, todo pasó bajo las luces del Estadio República de Mataderos este fin de semana.
Desde ya les digo que los muchachos de Nueva Chicago se llevaron el triunfo por 2-0 frente a Talleres Remedios. Así es, dos pepas limpias y clavadas como promesas en campaña electoral. Los goles vinieron cortesía de G. Fernández al minuto 30, dejando boquiabiertos hasta a los santos del cielo; e I. Maggi retomó la batuta para marcar otro tanto allá por el minuto 61 – justo cuando todos pensábamos si esto sería otra noche sin sorpresas.
Talleres Remedios quiso responder rápido; intentaron hacer cambios casi tan seguidos como mi tío Roberto cambia de opinión sobre su equipo favorito cada domingo. Cambiaron tanto que parecían estar jugando al Tetris con su formación: J.Denis entró después del segundo gol y junto con M.Muñoz buscaron darle una nueva cara al juego… aunque nos quedamos esperando milagros mayores.
Y hablando de tarjetas amarillas… L.Sanchez y R.Dichiara tuvieron momentos algo picantes, agarrándose sendas amonestaciones (minutos 36 y 82). Algo así como querer ponerse piola en un recital del Indio Solari: saben que no termina bien.
El banco tampoco descansó esta vez —las sustituciones volaban desde ambos lados— siendo parte estratégica fundamental o simple desfile fashionista deportivo ¿quién puede decirlo? Lo claro es que ambos equipos estaban buscando esa chispa divina tipo “Mercedes Sosa reviviendo vocales” para cambiar la historia escrita en la cancha.
En fin gente linda! El encuentro cerró sin tiempo extra ni penaltis porque evidentemente Dios estaba ocupado escuchando folklore nacional ese día – posible disculpa aceptable aquí pues ¿cómo competir contra eso?
Así concluyeron estos entretiempos fútboleros donde incluso lo impredecible sigue alguna melodiosa partitura celestialmente predestinada (o simplemente arreglada por algún director técnico astuto).
Hasta el próximo cotejo fanáticos! No olviden sus banderas pero tampoco sus rosarios; nunca está demás pedir ayuda extra celeste antes del silbato inicial.