¡Noche de Fútbol en Quilmes: Un Show Digno del Rock Nacional!
¡Buenas noches, mis queridos futboleros! Les traigo un relato picante y lleno de sabor, como una buena salsa criolla. El partido de ayer entre Quilmes y Racing Córdoba fue más eléctrico que concierto de Charly García en los ochentas.
En el legendario Estadio Centenario Ciudad de Quilmes (que, para los que preguntan, sigue sin tener la acústica del Gran Rex pero se defiende), nuestros muchachos locales hicieron lo suyo con una victoria contundente: 3-0 contra Racing Córdoba. ¿La táctica? Más afinada que guitarra de Pappo.
Los goles empezaron a llover temprano. Apenas arrancamos, a los 8 minutos, F. Torrent metió un golazo tan certero que parecía enviado por el mismísimo Diego desde el cielo – claro está si Maradona jugara al fútbol celestial con ángeles como compañeros. Mientras tanto, Racing Córdoba intentaba ponerse las pilas pero tropezaban más que Palito Ortega en tapones altos.
El primer tiempo terminó más tranquilo aunque E. Glellel vio la amarilla porque parece ser fanático no solo del fútbol sino también del colesterol alto… siempre dentro del límite.
Para la segunda parte nadie bajó el ritmo – bueno excepto quizás algunos espectadores volviendo con alguna empanada extra-. En el minuto 84 Kalinski clavó otro gol para Quilmes convirtiendo lo que ya era un buen partido en uno inmejorable; casi me hizo recordar aquellos tiempos dorados donde Soda Stereo cerraba sus shows bajo lluvia de aplausos y bengalas… Pero aquí las bengalas eran tarjetas amarillas repartidas como pan caliente durante todo el match.
Finalmente M. Enrique puso la frutilla sobre este postre futbolístico marcando al minuto 90+3 justo antes del pitido final demostrando así por qué es importante nunca dejar hasta último momento eso llamado esperanza o ganitas extras.
Amigos míos —entre cambios constantes y una lluvia torrencial— esta jornada fue digna de cualquier festival rockero argentino: impredecible hasta la última nota (gol) e intensamente disfrutable aunque te dejase exhaustivo al finalizarla… incluso hubiera sido perfecta música fondo mientras revoleabamos nuestra camiseta celeste albiceleste celebrando cada tiro acertado tal cual Luca Prodan nos enseñaría hacerlo si estuviese hoy aquí con nosotros brindándonos voz rasgada tras cada ataque exitoso hacia arco contrario.
¿Qué les puedo decir? No sólo vivimos fútbol anoche; sentimos chispazos arte deportivo entrelazados melodías pasión localista pura dadas ídolo barrial cuyo único deseo permanece intacto — triunfar casa frente fieles seguidores merecedores espectáculo primera clase aún cuando adversidad juegue sucio tratando robar protagonismo mediante juego rudo necesitado ser controlado rigor arbitral ausencia notable veces específicas duelo disputado— entonces sí sabemos estamos presenciando algo grande mas allá mera competición reglamentaria ordinaria…
Y ahí tienen mi crónica ‘futbolero-rockera’, espero les haya gustado tanto como a mí escribirla mientras degustaba unos buenitos choripanes post-partido (ahh perdón dije nada asados). Cuídense mucho y ¡Hasta la próxima fecha!