¡Un Duelo Musical en el Estadio Más Monumental!
¡Buenas, muchachos y chicas del fútbol! Hoy les traigo un resumen de esos que hacen historia, como cuando Charly García se tiró de un noveno piso para zambullirse en la piscina. Esta vez fue en el verde césped del Estadio Más Monumental donde River Plate y Rosario Central bailaron un tango tan ajustado que terminaron 2 a 2.
Arrancamos con el pitazo inicial del árbitro Y. Falcón (sí, ese mismo) y no pasa ni una canción corta de Los Fabulosos Cadillacs para que los Canallas nos sorprendan: S. Ferreira emboca la pelota al fondo gracias a una asistencia impecable de I. Malcorra apenas a los 8 minutos — ¡parecía más sincronizado que Soda Stereo en sus mejores tiempos!
No queriendo ser menos, River reacciona como Pappo después de romper una guitarra; L. Martínez Quarta mete un cabezazo digno del rock nacional tras recibir una cruzada mágica de M. Acuña al minuto 18.
Pero amigos – si piensan que todo iba a seguir tan tranquilo estaba equivocado – cada equipo mostrando más tarjetas amarillas que entradas vendidas falsas fuera del estadio… Les digo: Juego picante.
La segunda parte inicia con cambios estratégicos; Gente salía y entraba al campo cual escena frenética backstage antes de salir Andrés Calamaro en su apogeo. Pero déjenme decirles algo: si alguien esperaba paz entre estos titanes, pues mejor cambie el canal porque lo ‘tranqui’ aquí tiene cero lugar.
Apenados por las chances perdidas pero sin perder espectáculo llegamos casi al final con empate parcial hasta ese drama total sobre la hora cuando S López Grobin sacude las redes rival haciendo explotar la tribuna contraria igualito como cuando Cerati gritaba “Puente” allá por finales ’99… sólo para ver cómo se desataba aún más locura futbolística e irónicamente concluyendo todos cuadrados nuevamente como empezaron este show musical llamado fútbol argentino.
Ahora sí chiques… echando unos mates o tal vez brindis acordeones—quien sabe—reflexionemos juntos estas leyendas vivientes dándolo todo aunque sin vencedores claros esta noche bajo luces porteñas brillantes ¿no? O quizás solo sea otro capítulo extremadamente normalísimo dentro nuestro folklore balompédico local…
¡Que manera gloriosa mantenernos colgados desde cualquier travesaño emocional partidario existiera!
Y así cerramos esta jornada protagonizada nada menos que por estos dos grandes equipos ofreciéndonos otra página vibrante añadida al tomo sagrado del deporte criollo sabrosón…
Nos leemos prontito – mantengan esas ilusiones intactas tanto como mi fe fuerte espera ansiosamente próximo encuentro seguro traerá sabor indiscutiblemente eterno…
Después todo – esto es Argentina nene- ¡donde incluso empates tienen gusto victoria ciertos días especiales!
*Chau pa’ toditos/as — No olviden dejarse llevar melodías épicas sean cuales fueren tocarse proximidad su corazonsote aficionado!! *