¡Buenas, muchachada! Hoy les traigo una reseña del partidazo entre San Martín de San Juan y San Lorenzo, que fue más dramático que un tango cantado por Adrián Otero en medio de la Bombonera. Así es, como si fuera poco el folklore futbolero, este juego tuvo todos los ingredientes para hacerle morder las uñas hasta al mismísimo Santo Expedito.
El encuentro se llevó a cabo en el Estadio Ingeniero Hilario Sánchez allá en la tierra sanjuanina. Y digo yo… ¿habrá estado tan lleno como recital de Los Redondos? No lo sé, pero seguro que estuvo emocionante.
San Lorenzo tenía más cambios en su alineación que Charly García tiene capítulos en su vida – ya saben cómo nos gusta cambiar todo aquí. En fin, luego de un primer tiempo donde parecía que ambos equipos habían hecho un pacto celestial para no lastimarse (terminaron 0-0), llegó finalmente la acción digna de contarles.
Ezequiel Cerutti anotó ese gol solitario al minuto 69 – poesía pura-, ni más ni menos que con una jugada casi divina; supongo que estaba inspirado por algún santo desconocido porque metió una bocha imposible sin ayuda alguna. Esa pelota entraba o entraba, Capusotto mediante.
Y bueno che… mientras tanto los ánimos se cargaban y las tarjetas amarillas volaban como pan caliente: seis amonestados recibieron esa caricia reglamentaria del réferi J.Pafundi (que parece tener manos más rápidas para sacar tarjetas que Fito Páez tocando el piano). Solo faltaba Lerner dedicándoles “Cambiar el mundo” después del partido…
Ni hablar cuando Damián González salió sustituido – otra vez cambiaron jugadores mas frecuentemente qué Viejas Locas cambia sus integrantes-, esto realmente movió ficha dentro del tablero táctico aunque ya era tarde. Las esperanzas eran pocas y bien guardadas bajo llave a esa altura del partido.
Mirá vos che’, decirles algo neutral sería pecar contra mi voluntad narrativa pulenta ¡Pero tratemos! A pesar de perder este match by the minimum gap posible (viste esos términos ingleses me salen fluidos también), San Martin demostró garra aunque le falto pa’ rematarla ahí nomás cerca ‘el arco rival —un poquito descafeinados mis queridos verdinegros!
Pa’ cerrarlo cortito como bermudas en invierno: Resultado final fue 1-0 favor San Lorenzo dejando a muchos corazones palpitando cual solo Pappo arrancaría con su guitarra rasgueando blues puro sobre nuestras penurias deportivas locales…
Asi terminamos esta cita ludica hermanitos; hasta pronto con otro relato futbolístico dulce picantón desde estas latitudes pasionales argentinas!