¡Bienvenidos, queridos fanáticos del fútbol! Hoy les traigo la crónica de un partido que fue más emocionante que final de novela en el horario central. Me refiero al duelo entre Talleres Córdoba y Deportivo Armenio por la Copa Argentina 2025, que terminó siendo una montaña rusa digna de un concierto de Charly García con todos los altibajos posibles.
Arrancamos hablando del inicio explosivo como un riff de Pappo: Talleres salió a devorarse la cancha y metió dos goles antes del minuto 20, gracias a las estocadas letales de C. Tarragona y R. Botta. Esa primera media hora parecía prometer una noche tranquila para los cordobeses, pero sabemos bien que en el fútbol argentino todo puede cambiar cuando menos lo esperas.
Y así fue nomás, porque después del descanso Deportivo Armenio sacó su rosario futbolístico y rezó tres avemarías completitas cortesía de N. Herrera Jonathan (un hat-trick tan rápido que ni Cerati hubiera podido cantar “en tres segundos te hago mil pedazos”). ¡Pum!, empate en el marcador y caras largas en las tribunas locales.
Cuando ya todos pensaban que este tango se bailaba solo hasta el pitazo final con ese temido 3-3, E. Reynoso dijo ‘esto no es cuestión ver quién gana o pierde’ e intentó ponerle picante al asunto con otro gol para Talleres cerca del minuto 76. Pero amigos míos, esto es fútbol argentino puro: nadie baja los brazos hasta escuchar silbatazo final… o hasta después también.
Llegaron entonces esos momentos donde cada hincha aprieta fuerte su medallita bendecida: los penales. Señores y señoras, qué serie fue esa; mezcla exacta entre Soda Stereo tocando “De Música Ligera” —nadie sabe muy bien cómo— pero sin dejar piedra sobre piedra igualmente emocionante haciendo malabares como Flavio Mendoza pero sin red protectora debajo.
Fue aquí donde vimos desde errores humanos casi cómicos – mención especial para J.Portillo quien fallaría su penal crucero convirtiéndose más en villano tipo película clase B-, hasta F.Motta clavándola como si fuera Maradona contra Inglaterra allá por el ‘86 dándole la victoria definitiva a Deportivo Armenio por cinco penales a cuatro tras haber empatado durante tiempo normal y suplementario.
En resumen chichipíos (como diría nuestro amado Carlitos Balá), este partido tuvo todos ingredientes necesarios decir “este sí ha sido un partidazo”. Equipo local empezando dominante cual Monzón en sus mejores tiempos dando trompada inicial mientras equipo visitante pegaba vuelta situación demostrativo vida sigue sorprendiendo aun cuando creés haber visto todo…
Así cerramos esta charla futbolera hoy día estimados lectores espero hayan disfrutado tanto viboreando estos detalles jugosos cuanto yo escribiéndoles estas líneas cargadas ironía sarcástica típicamente argentina ¿Nos leemos próximo match?