¡Buenas, muchachos! Hoy les traigo un análisis del último partido que jugó entre Tristan Suarez y San Martin Tucuman en el Estadio 20 de Octubre. Vamos a desgranar este encuentro como Charly García desmenuza una melodía: con pasión y sin dejar ni un detalle atrás.
El resultado final fue más seco que comentario de Ricardo Mollo en Divididos: 0-0. Ni los goles quisieron aparecer, esquivando las redes como si fueran fans evitando spoilers de su serie favorita. Y aunque pensarán que esto viene peor que disco solista fallido, hay cositas para resaltar.
En cuanto a la acción en la cancha, no nos faltaron tarjetas amarillas para darle color al asunto. L. Villegas abrió la veda con una amonestación allá por el minuto 20 (parece ser tan querido por el árbitro como Rodrigo Bueno por los taxistas porteños). No mucho después J. Cuevas también se ganaba su souvenir personalizado del referí – todo muy repartido así tipo bife chorizo en reunión familiar grande.
Las sustituciones fueron tantas que parecían cambios en gabinetes ministeriales antes de elecciones – cada dos minutos alguien nuevo entraba al campo buscando hacer algo diferente pero acababan igual… Sin muchos resultados claros o diferencias notables.
Ahora bien, vamos a lo importante ¿Qué aprendimos hoy? Primero, ningún equipo quiso sobresalir tanto como La Mona Jiménez en baile cuartetero – guardaron energías o miedo escénico quien sabe-. Segundo: parece ser mejor plan irse ir a buscar esa cerveza adicional durante estos partidos porque mantenerse esperanzado en algún gol termina siendo tarea digna solo de fieles devotos del Gauchito Gil!
Así concluimos nuestro paseo futbolístico diario; ambos equipos dejándonos claro nuevamente aquella máxima popular “Cuanto más cambia todo…” bueno ustedes ya saben cómo sigue.
Hasta próxima chicos/as ¡y recuerden siempre apoyar nuestro fútbol local aunque sea bailándolo cual Fito Páez encerrado tocando maratónicamente ‘El amor después del amor’!