¡Hola, hola, queridos amigos futboleros! Hoy les traigo el resumen de un partidazo que se vivió en la Liga Profesional Argentina donde Unión Santa Fe y Central Córdoba de Santiago del Estero nos dieron una clase magistral sobre cómo hacer para que un 1-0 parezca más emocionante que carnaval en Gualeguaychú.
El encuentro tuvo lugar ayer en el Estadio 15 de Abril. Aunque no hubo fuegos artificiales goleadores después del gol inicial (cosa más rara), los muchachos pusieron toda la carne al asador —sin mencionar asados, promesa es promesa— y nos dejaron varias perlitas dignas de Charly García componiendo una sinfonía con dos cucharas y un balde.
Vamos a lo jugoso: Lucas Gamba, ese fenómeno vestido de rojiblanco, metió un gol tan clásico como Soda Stereo a los 29 minutos. Julián Palacios le puso el moño a esa jugada como si fuera Pappo reencarnado en futbolista. De ahí hasta el final fue todo intentos aquí y allá pero con las redes tranquilas como Fito Páez esperando inspiración frente al piano.
Central Córdoba sacudió su banco casi tanto como Indio Solari cambia músicos; hicieron cinco cambios buscando esa chispa tipo Gustavo Cerati regresando para otro encore. Pero ni con esos movimientos estratégicos lograron echar abajo la muralla santafesina.
En cuanto tarjetas amarillas… ¡ah bueno! Eso sí estuvo picante cual chimichurri bien cargadito. Tuvimos desde Leonardo Marchi hasta Favio Cabral haciéndose acreedores del cartoncito por faltazos varios ¿Era partido o misa pentecostal? Porque repartían confites amarillos como agua bendita.
Al fin y al cabo, Nazareno Arasa pitaba el final con Unión llevándose tres puntos casa adentro mientras Central Córdoba se volvía pensando qué santo rezarle —y eso que tenemos tantos!
Así cerramos este capítulo dominguero del fútbol argentino donde nadie quedó indiferente… excepto quizás aquellos fans soñando con un marcador más gordito tipo Maradona en sus buenos tiempos driblando ingleses.
Esperemos ver qué nos tienen preparados estos equipos cuando vuelvan al campo porque esto recién empieza y ya hay para cortarse las venas o colgarse medallas… depende siempre desde qué lado mirás.
Nos vemos pronto ¡Y aguante el fútbol!