¡Huracán se llevó el botín de Liniers en un partido que fue un verdadero asado a la criolla!
¡Hola, queridos lectores futboleros! Les traigo un plato fuerte directo desde el Estadio José Amalfitani, donde nos juntamos a ver un encuentro que prometía más que fin de mes con aguinaldo: Vélez Sarsfield contra Huracán. Pero claro, como en todo buen asado, siempre hay alguien que se lleva el mejor pedazo de carne, y esta vez fue Huracán quien se fue con la panza llena y dos goles en el bolsillo.
Desde el pitido inicial, Huracán salió con más hambre que pibe en kiosco. A los 22 minutos, E. Ramírez, con una definición más dulce que pastelito en feriado, abrió el marcador ayudado por una asistencia de W. Mazzantti. El gol cayó como mate en ronda, justo y necesario.
Vélez, por su parte, parecía mate sin yerba, sin mucho sabor y bastante lavado. Intentaron rearmar el equipo con unas cuantas substituciones que más parecían intentos de encontrar la bombilla en un mate tapado. Cambios aquí y allá, pero sin mucho resultado.
La segunda parte fue más picante que chimichurri en asado de domingo. A los 63 minutos, Vélez se quedó con uno menos por una roja directa a Aarón Quirós, más expuesto que novio en despedida de soltero. Y como si fuera poco, a los 72 minutos, P. Pernicone también vio la roja por una conducta más violenta que debate político en año electoral.
Huracán no perdió el tiempo y al minuto 80, M. Tissera puso el segundo, con una definición más precisa que tiro de boleadoras. Así, el Globo se infló y voló alto en Liniers, dejando a Vélez más pinchado que pelota de potrero.
En resumen, un partido que tuvo de todo: goles, tarjetas y drama, como novela de las nueve. Huracán se llevó los tres puntos con una autoridad más firme que abuela en día de cobro, mientras que Vélez tendrá que volver al tablero y replantear su estrategia, porque hoy, la verdad, jugaron más perdidos que turista sin mapa.
Espero que hayan disfrutado la crónica tanto como yo disfruté relatándoles este festín futbolístico. ¡Hasta la próxima, cumpas! Y recuerden, en el fútbol como en la vida, a veces se gana y a veces se aprende. ¡Salud!